miércoles, 10 de junio de 2020


Xa pasou moito tempo das miñas primeiras pegadas polo monte. Fixen moitas carreiras, rematei as mais emblemáticas das ultramaratonas do pais: os 101 de Ronda, 101 Peregrinos, o Gran Trail de Peñalara, a Volta o Aneto, e un sinnumero mais. De cada una delas teño un precioso recordo, sempre cheo de sudor, dor e ledicia; non hay sensación mais fermosa que terminar unha ultramaratona, despois de pasar moitas horas na soidade do monte. Agora que están suspendidas as carreiras e cando volvemos a vista atras. que fermosura volver  a facer Ronda, e iso que xa a rematei seis veces, pero cada unha delas e distinta, e un novo comezo, xa estou dexesando volver a correr cos meus amigos e compañeiros. Todo chega e isto tamen chegará

martes, 5 de julio de 2011

Dos por uno

¡Es mi segunda vez¡, ¡si¡ que ilusión, volver a Ronda a participar en los 101. La anterior fue mi primera carrera de más de 100 kms. Ahora ya soy un "veterano" y se a donde voy. Llegada a Ronda en la tarde del viernes, buen tiempo, algo nublado  y amenaza lluvia. Una buena cena con sus pescaitos, fritos de berenjena,  unas conchas y a la cama. A las 7,30 en pie. Desayuno completo y para el campo de futbol a esperar la salida. Allí me encuentro con mis dos compañeros de Ourense, con los que ya he compartido otras carreras y el año pasado los 101 Peregrinos. Los nervios nos atenazan, el cielo nublado y caen ligeras gotas. Estamos en nuestra salsa, preparados para la aventura. Salida multitudinaria de las MTB y duatlon. Ya nos toca a nos. Cañonazo y a correr, pasamos como una exhalación por las calles de Ronda, entre los aplausos y los gritos de ánimo de la gente, y pronto estamos ya en el Tajo afrontando la salida del pueblo. Los kilómetros transcurren placidamente a una media de 5,30 ´. Demasiado rápido para mi, pienso, por lo que decido parar y caminar un ratito. entre charla y charla con distintas gentes: aquel de allí era de Sevilla, este de un pueblo de Castellón, un amigo de Bilbao, etc.llegamos al km 20 con su avituallamiento, lleno las botellas de agua, unos trozos de naranja y de plátano y a seguir. Tengo tirones en los gemelos, cada vez que pongo medias de compresión tengo calambres ¿será casualidad?. Seguimos poco a poco y decido parar al terminar la cuesta de los cochinos (creo que le llaman así)a hacer mis cositas. Me preparo unas sales de Recuperation y me tomo el bocata de jamón que llevaba. Continuamos nuestro camino, ahora cerca del km 50, de tiempo voy muy bien, quizá demasiado bien, 6 horas y media, ¡buf¡, Comienzo a notar algo de cansancio pero los kilómetros siguen pasando sin parar hasta llegar a la bajada del cuartel¡ menuda cuesta¡ los cuadriceps se ponen a cien, es una bajada infernal con tantos kilómetros en las piernas, delante mío dos chicos se paran para retirarse,y otro está en el suelo. Pregunto si quiere algo y me dice que no, que se retira, no puede más, una lagrimita asoma en uno de sus ojos. Es duro dejar atrás tantos entrenos, sufrimiento e ilusiones en unos cientos de metros. Llegamos al Cuartel y yo ya no paro. Sigo renqueante un pie delante del otro hasta mi siguiente objetivo, la Ermita. Hay que encender la luz subiendo a la Ermita, por delante ves las luces rojas en una continua procesión. El tiempo esta fresco. Vuelve la peregrinación del descenso, se hace dura. Desde el puesto de control que hay debajo nos animan los legionarios. Tomamos una cocacola para levantar los ánimos, aunque ahora casi está conseguido, toca ir por asfalto, pasamos varios pueblos y vamos al lado de un río, ya se ven las luces de Ronda. Yo intento correr un rato, formamos un grupito de 7, 8 personas que vamos trotando entre quejidos pero con ya media sonrisa puesta en la cara. Poco queda,  la cuesta del "cachondeo" está  bajo nuetros pies, solo un par de kilómetros. Se escuchan los aplausos y a la gente animar. Al culminar la cuesta, intento esprintar. La verdad es que me encuentro muy bien y entero y hago los últimos metros corriendo entre los aplausos de la gente. Cruzar la meta es una sensación inigualable. Te ponen el "ladrillo" al cuello, lo miras y ¡si¡ es mío, me lo gané. La respiración se empieza a calmar, notas que hace fresquito por lo que me pongo la sudadera que te regalan al finalizar y me voy a cenar. Una vez más lo conseguí. Como pone en la sudadera Veni, vidi, vici...

lunes, 28 de marzo de 2011

Cada época en la vida de una persona tiene sus momentos, y esos momentos a veces se convierten en principios o simplemente en continuaciones o en acaboses. Ciertamente esto de correr fue un principio relativo ligado al dejar de fumar, pero al empezar a ir por caminos de tierra todo cambió; A lo mejor tambien influyó la música (Marea, extremoduro, etc,...). No se como ligar la imagen inicial de un amanecer con alguna canción de Extremoduro y la sensación de libertad-poder que me produce el correr...Realmente correr por montaña es duro, muy duro, pero la recompensa que obtienes te hace seguir. Sentirse en lo alto de una cumbre, rodeado del silencio que precede al amanecer, tras el esfuerzo previo de la ascensión y las endorfinas que segregas pensando en la vertiginosa bajada solo se pueden describir a alguien que las disfrutara

miércoles, 9 de febrero de 2011

Manda carallo,... de como foi a miña primeira carreira

  Si, todo escomenzou como redactei na primeira entrada. Eses foron os tempos antigos, a prehistoria do pegador de montaña. A primeira proba á  que asistín foi en Parada do Sil.
 O meu amigo Pablo e maís eu levabamos un par de meses falando de correr , dos adestramentos, de comprar unhas novas  zapatillas,  e,  vimos esta carreira. Preto da casa e ademais polo monte,...eh,eh,eh,...,que ilusión!.
Calquera que fora a esta duriiiiiiiiiisima carreira sabe do que estou a falar. 
  O día anterior, a preparación da roupa, a novas zapatillas de montaña unhas Salomon, preciosas, do trinque, só fixera 15 kms con elas, a ilusión toda completa. Á mañá cedo para Parada do Sil. Xa casi ó chegar a ledicia era moita,  ía correr unha carreira!, toda aquela xente tamén, ata tiña un sinal de saída e meta como as  que se vían na tv. Alá partimos cun berro nervioso, saída vertixinosa, era costa abaixo, oito kilómetros ou algún máis, non sei, non recordo con claridade, era a primeira carreira. Vértigo, mezclado con esquecemento é a lembranza que teño desa proba, xa que despois era todo subir e pretiño do desvaecemento era todo baixar. Mais  se fora nos cabaliños na feira sería igual. Ó final todo rematou, vin o hinchable, e a algún corredor derrengado e gastado mirando o horizonte, a liña perdida da meta. A sensación inesquecible, o posto dos derradeiros,  e ó día seguinte unhas  maniotas, casi as primeiras,... 

martes, 8 de febrero de 2011

De como empezei a pegar polo monte ...

Como case todo nesta vida foi sen querer. Nunha hora dun día calquera, atopei unhas zapatillas vellas, terminara de deixar de fumar, e de súpeto arrancoume unha idea tola..."pon as zapatillas e corre, voa polo monte..." pensado e feito,..., primeiro un pé logo outro, de seguido todo o corpo ía acompasado polo camiño, a súor cubría a miña cara, as lentes estaban perdidas co bafo, mirei para atrás e, xa levaba mais de 500 metros! todo un éxito para un exfumador de 40 anos. Esa foi a  miña primeira pegada no monte. Deseguido a cousa foi máis de súpeto; o corazón xa debía pasar das 200 pulsacións e a cabeza, que para iso é a que rixe, ou  así debería ser, dixo: Acabouse!. Á casa, isto non pode ser bon, é sucio, é canso,, dóeme todo,... Xa sei que isto non é o normal, pero así foron os meus comenzos no mundo das carreiras, as miñas pegadas polo monte. Despois de este día houbo moitos máis, mellores e peores, a maioría o principio foron malos, sempre doía algo, facía mal tempo, os camiños revirábanse para arriba, nin as cabuxas parecían capaces de pasar. Xa digo, foron os comenzos dun que empezou así a pegar polo monte.